Una mejor forma de dar seguimiento al trabajo remoto
- Daniel Figueroa Villalobos
- 2 jun
- 1 Min. de lectura

El trabajo remoto llegó para quedarse, pero muchas veces seguimos enfrentando el reto de cómo monitorear la productividad de nuestros equipos a distancia. Aunque existen herramientas invasivas que prometen eficiencia, lo cierto es que suelen debilitar la confianza, el compromiso y la creatividad. La investigación demuestra que no todo monitoreo es negativo: lo importante es cómo lo implementamos.
Nos involucramos, no solo observamos
En lugar de depender únicamente de software de seguimiento pasivo, damos prioridad a espacios de conexión frecuentes: reuniones uno a uno, videollamadas o incluso horarios virtuales de “puerta abierta”. Estos momentos nos permiten conversar sobre avances, alinear expectativas, dar retroalimentación y, sobre todo, comprender el contexto y perspectiva de quienes colaboran con nosotros.
Adaptamos el enfoque según la complejidad del trabajo
Los roles creativos y especializados requieren autonomía para resolver problemas y aportar valor. En estos casos, el monitoreo basado en la interacción genera más confianza, fomenta la innovación y abre la puerta al trabajo colaborativo.
Somos transparentes
Las personas aceptan mejor el seguimiento cuando comprenden su objetivo. Por eso explicamos claramente qué tipo de monitoreo utilizamos, con qué propósito y cómo les aporta valor en su día a día. La claridad reduce resistencias y fortalece la relación laboral.
Este consejo está basado en el artículo “Research: A Better Way to Keep Tabs on Your Remote Workforce”, de Alexander B. Hamrick y otros.
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